Secuestros de novias

GROZNY, Chechenia — El secuestrador de Amina Edieva la cogió como si se tratara de un depredador en temporada de caza. Él se acercó a la chica, una estudiante de 18 años y pelo moreno, que se encontraba en una calle de Grozny, y la agarró con fuerza para llevarsela en un coche que le estaba esperando.

Ella gritó, pataleó y arañó a aquel hombre, pero había tres hombres ayudándole, un conductor y dos detrás para asegurarse que ella no podía escapar. Además, otros jóvenes en un coche posterior vigilaban que ningún testigo impidiera aquella descarada captura.

Pero la Sra. Edieva sabía que ningún Checheno la iba a rescatar en aquel Septiembre de hace casi tres años atrás. Conocedora de la tradición del secuestro de novias, entendió que había sido capturada debido a un ritual con siglos de antigüedad, por el cual un pretendiente que había rechazado en varias ocasiones le iba a obligar a casarse con él.

“Le dije que le odiaba” Djo ella, pero él sonreía.

“No importa si me quieres o me odias”, respondió calmado. “Te quiero, y tú vas a ser mi mujer”.

A través de Chechenia y la vecina Ingushetia, los violentos secuestros se suceden casi semanalmente alrededor de la zona de montañas, una zona al Sur de Rusia conocida como repúblicas del Cáucaso septentrional; durante la temporada de bodas en primavera puede suceder a diario. Mujeres jóvenes son arrebatadas de las paradas de autobús, en su camino a casa desde la escuela y, a veces, fuera de sus propios jardines. Existen impresionantes vídeos en Youtube con hombres llevándose a mujeres que gritan, dejando tras de sí sus libros, bolsos y teléfonos móviles.

Las autoridades de las dos Republicas, normalmente hacen oidos sordos a esta violenta práctica, y prefieren verla como una romática tradición, a menudo orquestada por parejas jóvenes que quieren llamar la atención.

Algunos inlcuso sostienen que la práctica es como un cuento de hadas para muchas mujeres, que sueñan con ser secuestradas por un hombre atractivo.

“Es la señal de que (el hombre) realmente quiere a la mujer” dice Mariyat Muskeeva, un oficial de enlace cultural con el gobierno local checheno. “Si una mujer le cuenta a sus hijos que su padre la secuestró, resulta una verdadera historia de amor”

La mayoría de las mujeres entrevistadas en Chechenia e Ingushetia no están de acuerdo, y dicen que no sienten ningún tipo de afecto por parte del hombre que las secuestró y las metió en un coche que esperaba. Otras dicen que aquello no tiene lugar en una sociedad moderna.

“El gobierno trata de negar el problema” Dice la Sra. Edieva, que finalmente dejó a su marido después de una tensa relación de ocho meses de matrimonio. “Hacen como si fuera algo normal”

No existen estadísticas fiables de cuántes mujeres son secestradas cada año en Chechenia e Ingushetia, pero los Grupos de Derechos Humanos hablan de miles. Los lugareños piensan que la mitad de los matrimonios comienzan con un secuestro.


Durante la era soviética, Chechenia e Ingushetia eran una única república autónoma, y las dos culturas giran unidad en torno a la primera, de familias patriarcales, seguida por la lealtad a los clanes locales.

Los Chechenos en particular, están orgullosos de esta identidad ajena a Rusia. En las entrevistas, cuando se pregunta por qué los secuestros de novias siguen existiendo en el Siglo XXI, muchos responden “Es nuestra tradición”.

La editora Chechena, Lula Jumalaeva también señaló que las dos últimas guerras han dejado gran escasez de hombres. Las mujeres que permanecen solteras no tienen ningún estatus en la sociedad, y muchas están desesperadas por casarse, afirma. Con tan pocos hombres, sus probabilidades de asegurar un marido de su gusto son bajas. Si son secuestradas, pueden sentir la presión de casarse con el captor, especialmente si su familia es adecuada.

Los conflictos familiares, los crímenes y la mayoría de las cuestiones sociales sos resueltas por los dirigentes religiosos y los ancianos de los clanes, no por las autoridades estatales. Los feudos de sangre y los vigilantes de la justicia son comunes.

Se dice que hay estos fuertes lazos familiares y las disciplinadas hermandades son las que han ayudado a los Chechenos a sobrevivir a las tres sucesivas tragedias nacionales, incluidas las deportaciones ordenadas por Stalin, que afectaron a al menos 400,000 chechenos que fueron llevados a Kazajistan en los años 40, seguido por dos brutales guerras contra Rusia en 1994 y 1999.

El papel de la mujer en estas sociedades supone una gran sumisión, actuando principalmente como amas de casa. Se espera de ellas que actuen de maneras concretas y suelen comer en mesas separadas de los hombres.

“En nuestra sociedad, no nos gustan las mujeres que no obedecen las normas y las que han sido mancilladas” dice Khamid Gabayev de 79 años, un anciano del pueblo alpino de Vashendoroy, al sur de Chechenia. Mientras habla, dos mujeres trabajan a su alrededor, una sirviendo el té, y la otra limpiando el barro de las botas.

La Sra. Muskeeva, la oficial de enlace cultural con el gobierno local chechenio, dice que los secuestros de novias son la expresión de la naturaleza pasional de los hombre y mujeres del norte del Caucaso. “Los matrimonios nacidos del secuestro son más fuertes que los demás matrimonios”.

Pero la Sra. Edieva apenas conocía a su captor, además de estar saliendo con otro hombre con el que quería casarse.

En los primeros minutos del secuestro, su cabeza repasaba la lista de normas que conocen casi todas las mujeres Chechenias: Si no logra escapar antes del próximo día, ya no habría posibilidad de evitar el matrimonio forzoso.

Si una Chechena soltera pasa la noche en casa de un hombre, se la considera como su mujer. Si el la toca antes del matrimonio, se la considera mancillada.

“Yo estaba a punto de desmayarme” dice la Sra. Edieva en una reciente entrevista en casa de sus padres en Grozny. “Él ya me había tocado. Tenía miedo de que si mi novio se enteraba, nunca lo volvería a ver”.


El vehículo pasó rápidamente por un control militar controlado por Chechenios y Rusos. Los chechenos no iban ni a pestañear, así que les gritaba a los soldados rusos. Ninguno la ayudó.

Durante nueve horas, la Sra. Edieva había estado cautiva, presionada por una multitud de familiares que se habían encerrado en su casa.

“Había nueve hombres rodeándome” dice, “Estaba gritando que me iba a morir si pasaba la noche allí, pero se rieron de mi”.

Nada más pasar la una de la noche, encontró un teléfono móvil y llamó a casa, pero su madre se mostró reticente a rescatarla. Después habló con su hermano mayor, y sus familiares le llevaron a casa. Su madre y su hermana le dijeron que había sido tontas por resistirse.

Al siguiente día, y bajo la presión de su madre y su abuelo, accedió a casarse con su secuestrador, un hombre que se identificó solamente como Aslambeck.

Nueve días más tarde, la Sra. Edieva con el maquillaje cubierto de lágrimas, se casaba en una tradicional ceremonia chechena donde se mantenía sola en una esquina durante horas en la casa del novio, sin poder hablar o sentarse hasta que los ancianos se lo permitieran.

Actualmente, como una joven mujer divorciada de cultura musulmana, sus expectativas de matrimonio se han reducido. Podría casarse con un hombre divorciado, o convertirse en la segunda mujer, aunque ninguna de las dos opciones le parece atractiva.

De vuelta a casa de sus padres, la Sra. Edieva no se ha vuelto a matricular en la universidad, y pasa las horas mirando la televisión. Le encanta probarse vestidos de novia y ver videos de bodas.

Su futuro, afirma, está arruinado.

“Las tradiciones chechenias, es todo lo que entienden los padres” dice amargamente.

A pesar de que la versión oficial es que los secuestros están orquestados por los propios jóvenes amantes, decenas de jóvenes de Chechenia e Ingushetia cuentan historias similares de secuestros seguidos de horas de difíciles negociaciones, a menudo con la complicidad de los parientes cercanos.

La Sra. Muskeeva dice que duda de éstas historias, e insiste que muy pocas mujeres chechenias son forzadas a casarse.

“Si una mujer no quiere casarse, si el hombre de la familia no quiere el matromonio, si no hay un acuerdo mutuo, no hay boda” afirma.

Durante la entrevista, su jefe, Isa Askhagov, entra en la habitación y relata como secuestró a su mujer hace años. Los dos estaban saliendo y planeaban casarse, pero ella quería acbar primero sus estudios de medicina. Él la secuestró en el camino de las clases a su casa. Ella se enfadó al principio, pero él le permitió terminar los estudios y hoy tienen cinco hijos. “Es como una obra de teatro donde se actúa” dice el Sr. Askhagov “Las mujeres chechenias crecen en familias estrictas. Una mujer quiere un hombre al que pueda respetar”

De todas las tradiciones de Chechenia e Ingushetia, las normas que regulan el cortejo y el matrimonio son las más estrictas.

El contacto físico entre una pareja sin casar está prohibido. Las citas, normalmente consisten en dos personas que se encuentran en un espacio público para charlar. Un hombre debe mantener la distancia de al menos un metro de su acompañante femenina.

Las mujeres de Chechenia e Ingushetia raramente se ven en público sin el pelo tapado, y nunca usan pantalones.

Para muchos jóvenes Chechenios, la falta de intimidad física es inaguantable. Unar Makhauri secuestro a su novia de 16 años, Malika Makhaeva, junto a la casa de sus padres hace 34 años.

Él dice que lo esperaba con deseo “la necesitaba, así que la secuestré. Era joven y la sangre hervía en mis venas”.

Su familia y amigos apoyaron el secuestro y le ayudaron a llevarsela a casa de sus abuelos.

Ahora, con 57 años, se lamenta de haberlo hecho, y admite que durante un tiempo causó un dolor emocional que le durará toda la vida.

El lamento del Sr. Makhauri no le ha supuesto mucho esfuerzo, de todos modos. Más tarde se casó con otra mujer una abogada de Grozny con la que ahora vive parte de la semana.

Su primera mujer y cinco de sus seis hijos, mientras tanto, viven fuera de Grozny, en un gran complejo familiar. Ella dice que “nunca tuvo un día de felicidad” con su marido, y añade que mantuvo el matrimonio para lograr la custodia de sus hijos.

Según las tradiciones Chechenias, los hijos de una pareja divorciada, viven con el padre.

La Sra. Makhaeva dice que la congoja de su matrimonio ha dejado más cicatrices emocionales que las dos guerras juntas. “Mi marido ha rehecho su vida, con su familia, y una segunda esposa. Pero yo no. Tuve que haberme separado de él.”

Con quince años, Shumist Kadyrova corrió descalza unos cinco kilómetros, a través de las praderas alpinas, en una huída fallida de su captor de 45 años. Por desgracia, los amigos de éste, la cogieron mientras descansaba bajo un árbol y a los pocos días ya estba casada.

A pesar del terror de ese día, la Sra. Kadyrova, ahora con 88 años, habla con entusiasmo de su difunto marido.

“Era un buen hombre, con un buen espíritu. Era de buen corazón”. En el momento de su secuestro, dice la Sra. Kadyrova, sintió pena por él porque no había podido conseguir una mujer de su edad.

Seis meses después de la boda, los soldados rusos metían a los aldeanos en trenes que les deportarían a Kazajistan, donde miles de Chechenos morirían de hambre y enfermedades, entre ellos el marido de la Sra. Kadyrova, sus padres y tres hermanos. Más tarde se casó con un hombre de su elección, un checheno compañero en el exilio. Los dos volvieron a Chechenia 13 años después.

Aunque ella no tiene un mal recuerdo de su primer marido, la Sra. Kadyrova dice que le gustaría que pararan los secuestros de novias. Su propia nieta fue aprehendida en Inguhsetia mientras estaba en un campamento de refugiados. La familia Kadyrova la pudo rescatar a la joven de 20 años antes del anochecer.

“Creo que es algo muy violento” dice la Sra. Kadyrova, mientras recuerda su secuestro 73 años después. “Por supuesto, no tenía ni idea de lo que estaba pasando”

“Y estaba enamorada de otro chico”, añade, mientras se le quiebra la voz.

Videos de Youtube:

Este artículo es una traducción aproximada del publicado en la web Globeandmail.com, escrito por Jane Armstrong, cuyo artículo original podéis encontrar pulsando en este enlace.

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3 responses to “Secuestros de novias”

  1. Bastante completo e interesante el reportaje; he estado empezando a indagar mas sobre los conflictos de Chechenia y su repercusión en la actualidad, y considero este reportaje como una muy buena fuente.

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