De cuando en cuando, en cursos que propone el Colegio de Administradores de Fincas, tengo la ocasión de charlar con otros compañeros de profesión. Esta profesión es un tanto individualista y eso quiere decir que en raras ocasiones es posible contrastar opiniones sobre proyectos o ideas que necesitan de más de un colegiado. El tema es que hace unos años un compañero (con algunos años de profesión en Zaragoza: D. Moises Puebla Monge) me comento que hubo un tiempo en el que luchó por la creación de una Caja de Ahorros del Colegio de Administradores de Fincas.
Desde entonces he ido viendo cómo algunos colegios profesionales han ido tomando esa misma decisión, ofreciendo un trato preferente a sus colegiados. Teniendo en cuenta el gran volumen de dinero que mueven las Comunidades de vecinos (y la seguridad en su estabilidad, las cuentas de las Comunidades de Vecinos suelen ser las más conservadoras en cuanto a su continuidad) supondría un valor añadido a los colegiados del reto de profesionales que ejercen (con derecho o sin él, no voy a entrar en esa materia) la misma actividad. Por qué si el Colegio de arquitectos de Euskadi tiene su propia caja, el Colegio de Administradores (aunque fuera a nivel nacional) no tiene la suya propia? Creo que estamos perdiendo una gran oportunidad de distinguirnos del resto, dando un servicio que nadie más se atreverá a dar. Muchas veces nuestros administrados nos cuestionan sobre la posibilidad de bajar los costes de las Comisiones bancarias, siendo muchas veces imposible.
Eso sería lo mejor, pero supongo que también hay riesgos, no?
Claro, lo cierto es que desconozco el funcionamiento interno de las Cajas de Ahorros. No obstante, a primer vistazo, creo que es una opción viable.